viernes, 24 de octubre de 2014

El robot más humanizado


La teoría del valle inquietante o inexplicable es un principio de la robótica sobre las respuestas emocionales de los humanos hacia los robots y otras entidades no humanas. Fue descrito por el robotista japonés Masahiro Mori en 1970. Este principio dice que la respuesta emocional de un humano hacia un robot hecho en apariencia y comportamiento muy similar al humano, incrementará positivamente y de forma empática, hasta alcanzar un punto en el que la respuesta emocional se vuelve de repente fuertemente repulsiva. Cuando la apariencia y comportamiento del robot se vuelven indistinguibles al ser humano, la respuesta emocional vuelve a crecer de forma positiva y se va aproximando a niveles de empatía como los de entre humanos.
Podemos apreciar la respuesta emocional de un sujeto humano ante el antropoformismo de un robot, según los resultados de Mori. El Valle Inexplicable es la región de respuesta emocional negativa para un robot que parece “casi humano”. El movimiento amplifica esta respuesta emocional.

Este bache o valle de respuesta repulsiva entre un robot con apariencia y comportamientos “casi humanos” y una entidad “totalmente humana” es lo que llamamos valle inquietante. El nombre surge de la idea de que un robot que es “casi humano” es visto de forma general por un ser humano como “extraño” y por esto resulta imposible alcanzar el requisito de una respuesta empática para la necesidad de una interacción humano-robot productiva.

Valle inexplicable2 El robot más humanizado del mundo (2010)





El fenómeno puede ser explicado por la percepción de que si una entidad es suficientemente no parecida al humano, sus características humanas se verán más resaltadas, generando empatía. Por otro lado, si la entidad es “casi humana”, sus características no humanas serán las que más se noten, creando un sentimiento de “cosa extraña” desde el punto de vista del humano.

Otra explicación es que los individuos enfermos y los cadáveres muestran unas anomalías visuales parecidas a las de un robot humanoide, por lo que causan la misma alarma y rechazo. El caso del robot es más preocupante ya que no existe una razón clara de por qué ocurre esto, mientras que la reacción de rechazo al observar un cadáver es un sentimiento fácil de comprender. Las anomalías de comportamiento y desincronización motriz son también indicativos de enfermedad, y desórdenes mentales o neurológicos y de nuevo evocan sentimientos negativos acertados.

Algunos robotistas han criticado duramente esta teoría, argumentando que Mori no tiene ninguna base para desarrollar su gráfica, ya que ahora mismo sólo son técnicamente posibles los robots parecidos (aunque de forma parcial) a los humanos. Sara Kiesler, una investigadora de interacción humano-robot en la Universidad Carnegie Mellon, cuestiona el estatus científico de El Valle Inexplicable, diciendo que “tenemos la evidencia de que es cierto, y la evidencia de que no lo es.”

Desde un punto de vista evolutivo se podría explicar esta repulsión como la necesidad de mantener una limitación tajante frente a otros homínidos muy similares a nosotros (por ejemplo, neanderthales) con los cuales la reproducción fértil sería poco viable. De esta manera el Valle Inquietante operaría de forma similar a ciertos tabúes como el incesto.
[editar] Revisión de la teoría por el propio Mori

En Agosto del 2005, Masahiro Mori hace unos breves comentarios [1] sobre su teoría para el taller Humanoids 2005 [2] celebrado en Tsukuba, Japón. En ellos cuenta que el punto más alto de la curva después del valle no debería ser un humano sano, sino quizás el concepto idealizado de la imagen que tenemos de un ser humano sano. Y pone de ejemplo representaciones en piedra de Buda, que generan sentimientos de empatía y sosiego. Esto podría ser trasladado en occidente por ejemplo en las esculturas de mármol de la Grecia clásica, donde se pretende representar la perfección de las formas y la belleza del ser humano. También se preocupa por el hecho de que observar las facciones de una persona fallecida nos trasmite un sentimiento de tranquilidad, cuando esta imagen nos debería situar justo dentro del Valle Inexplicable.

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